Fundación Eudes: el nacimiento de una obra
En el año 1988, el sacerdote Eudista Bernardo Vergara Rodríguez hace una visita al Hospital San Juan de Dios en Bogotá donde encontró tal vez uno de los primeros grupos en Colombia que vivían con el VIH/SIDA y evidenció una sociedad conservadora que está atravesando momento político/social donde el Estado se está reduciendo de lo macro a lo micro, es el inicio del neoliberalismo, el sistema de salud empieza a flaquear, por el manejo de unas políticas públicas obsoletas, la sociedad es ignorante y no permitiría lo extraño, lo raro o lo difuso, especialmente porque el virus está ligado al tabú de la sexualidad y al pavor que éste genera en el reconocimiento del cuerpo y, como lo describe La enfermedad y su s Metáforas (Sontang, 2003)[1]
Esta descripción hace pensar en la situación histórica en que surgió la Fundación Eudes y cómo, en definitiva, el padre Bernardo, haciendo alarde su espíritu Eudista le apunta al amor. Con razón el fundador declaró:
Cuando tú analizas de dónde brota la violencia, se concluye que sale de ese conjugado: la ignorancia y el miedo. Los medios vendieron la idea del SIDA como una enfermedad contagiosa, no transmisible, sino contagiosa. Esto hizo que la gente la distanciara y la juzgara. Por eso el SIDA es como un péndulo que se mueve del odio al amor: son extremos. Desde ahí nosotros le apuntamos al amor y descubrimos que realmente una persona VIH positivo es un humano con sello de garantía porque esta infección solo le es dada a los humanos y desde ahí uno puede decir que no hay que luchar tanto en favor de los derechos humanos, sino luchar en favor del derecho de ser humano y esto es algo íntimo y profundo. Entonces la infección por VIH tiene unas connotaciones a nivel social, a nivel afectivo y a nivel sexual. Con la carga social, con la carga religiosa y con la carga científica también se conjugó y llevó a que la gente reaccionara como reaccionó y la incomprensión no se hizo esperar. El ser humano a lo que más le tiene miedo es a su propio cuerpo, a su afectividad, a su sexualidad, a sus gustos, a su forma de ver la vida, y desde allí empieza a descubrir que uno es lo que sueña.[2]
Esta obra, profundamente Eudista, es una expresión concreta del llamado de san Juan Eudes:
Tres cosas son requeridas para la misericordia: la primera es que tenga compasión de la miseria del otro; porque es misericordioso el que lleva en su corazón las miserias de los miserables. La segunda, que tenga una gran voluntad de socorrerlos en sus miserias. La tercera, que pase de la voluntad al efecto (O.C. VIII, 53).
Hoy es una fundación que sirve con pasión al ser humano y que descubre el rostro misericordioso de Dios que llama constantemente a ponerse en servicio del más necesitado.
[1] Darwin Jutinico, Análisis del discurso y prácticas de la Fundación Eudes. Bogotá: UNIMINUTO, 2014, 10.
[2] Lea más en: http://www.cjm.org/index.php/es/que-hacemos/ejercicios-de-la-misericordia/cjm-news/news/4254-nosotros-le-apuntamos-al-amor-padre-bernardo-vergara-director-de-la-fundacion-eudes?highlight=WyJmdW5kYWNpXHUwMGYzbiIsImV1ZGVzIiwiZXVkZXMnIiwiZXVkZXMncyIsImZ1bmRhY2lcdTAwZjNuIGV1ZGVzIl0=