La importancia de recordar nuestro nacimiento
Para el fundador de la Orden de Nuestra Señora de la Caridad (actualmente Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor), de la Congregación de Jesús y María y de la Sociedad de los Hijos de la Madre del Corazón Admirable, de las cuales se desprende toda la Gran Familia Eudista, ya estamos en deuda con Dios desde nuestro nacimiento. Por eso propone algunos deberes que hubiéramos debido cumplir con Dios, con María, con los Ángeles y con los Santos en el momento de nuestro nacimiento.
La importancia de recordar nuestro nacimiento radica, según san Juan Eudes, en considerar que Jesucristo pasó por estos mismos estados y condiciones de la vida mortal, ejecutó casi todas nuestras acciones y realizó todas sus obras. Pero tampoco hay que olvidar a María, que se constituye en nuestro modelo ejemplar de vida cristiana.
San Juan Eudes, inclusive va más allá del propio nacimiento para cumplir los deberes para con Dios: los deberes, de haber tenido uso de razón, se debieron dar "desde el primer momento de tu vida y aún desde el seno de tu madre, si hubieras podido hacerlo" (O.C. I, 497). Propone más de cinco deberes para realizar con este motivo. Aquí proponemos uno para recordar nuestro nacimiento:
Gracias infinitas te doy, Dios mío, por mí y por todas las creaturas, especialmente por mis amigos, por el hecho de habernos otorgado el ser y la vida, y un ser capaz de conocerte y amarte y por habernos conservado la vida en el seno de nuestra madre antes del santo Bautismo. Pues, de no haber sido así, si hubiéramos muerto en tal estado, como tantos otros, antes de verse libres del pecado original por el santo Bautismo, jamás hubiéramos visto tu divino rostro y por siempre nos hubiéramos visto privados de tu santo amor. Que todos tus ángeles te bendigan por toda la eternidad por tan señalado favor. (O.C. I, 499).